El entorno, exquisitamente familiar, ha mantenido las antiguas recetas durante generaciones, enriqueciéndolas con calidad e imaginación.

Nuestro orgullo es la pizza, cuidada hasta el último detalle. La masa, compuesta por una selección de harinas molidas a la piedra, se deja madurar con fermentación lenta y temperatura controlada. La cocción en horno, con leña de haya y encina, le aporta aroma y fragancia, que combinada con la búsqueda continua de ingredientes de alta calidad realza al máximo las propiedades del producto.

Las recetas caseras de la abuela se transmiten de generación en generación. Los tagliatelle y las lasañas se siguen haciendo a mano y los ñoquis se cortan a cuchillo. El bacalao, la caldereta, el pescado blanco y las sardinas al sardón son algunas de nuestras propuestas clásicas. Particular pasión también en nuestros postres caseros.

La calidad del aceite, las temperaturas de cocción y los trucos técnicos nos permiten hacer pescado frito, flores de calabacín, aros de cebolla y verduras de forma artesanal. ¡Todo está en cómo se fríen!