El Hotel Acquaviva del Garda se asoma a las orillas del lago. Su amplio parque, sus piscinas y su jardín con hidromasaje junto al lago ofrecen momentos de relax inolvidables y permiten disfrutar plenamente de la belleza del lugar. En el interior, las habitaciones reflejan el amor por el diseño y el arte, en un agradable contraste entre muebles modernos y obras de colección.

Moderno y de diseño, el Hotel Acquaviva dedica dos grandes salas a la restauración. Un homenaje a la cultura y a la identidad del territorio, la cocina ofrece platos inspirados en la tradición italiana y bresciana, reinterpretados y reelaborados con imaginación por el Chef. La selección de vinos es impecable, compuesta tanto por etiquetas locales como por importantes alternativas biológicas, para enriquecer y acompañar de la mejor manera la experiencia gastronómica.
Para cenas íntimas en pareja o pequeños almuerzos de negocios, están disponibles salas panorámicas con vista al lago que se pueden reservar en exclusiva, mientras que el bar salón en la planta baja sirve excelentes aperitivos y deliciosos cócteles, para comenzar o terminar la velada con estilo.

El hotel está situado a medio camino entre Milán y Venecia, fácilmente accesible desde la autopista. Es el lugar ideal para utilizarlo como base para unas vacaciones y descubrir la zona, ya que el lago de Garda está lleno de actividades: desde recorridos en bicicleta por el interior para descubrir monumentos y visitar una bodega, hasta senderismo en el cercano Monte Baldo, que se eleva hasta 2200 metros, o excursiones por el lago hasta la Isola del Garda. A su regreso, una zona de SPA con piscina cubierta y una amplia gama de tratamientos le dará la bienvenida.